Con la domiciliación de impuestos locales de las carteras, se ha conseguido mayor control y eficiencia en la gestión de los pagos, una mejora de la reputación del cliente frente a las entidades recaudadoras, la reducción en un 90% de los recargos por impago y se ha obtenido una reducción promedio de la contingencia fiscal del 2% vía bonificaciones.